Adrián Silla: “En el Campeonato hemos observado un gran número de propuestas tácticas”
Adrián Silla, seleccionador mini masculino de la Federación de Baloncesto de la Comunidad Valenciana (FBCV), que han terminado el Campeonato de Selecciones Autonómicas de Minibasket 2019 en quinta posición del grupo especial, nos resume la competición a nivel técnico-táctico y nos habla de la creación de juego a partir de las características físicas del jugador.
Ilusión y magia podrían ser dos palabras que definan el campeonato Minibasket. Por supuesto, podríamos añadir muchos más calificativos, sin embargo, desde nuestro punto de vista son dos grandes pilares sobre los que poder construir los sueños que ilusionan.
Hablamos de sueños, de crecimiento individual y colectivo, de nuevas experiencias, de emociones a flor de piel, de esfuerzo, de compromiso y de ilusiones compartidas… una gran cantidad de sensaciones que en tan sólo 5 días deben aprender a gestionar. No podemos olvidar la intensidad, el ritmo, la exigencia físico-cognitiva y las emociones… aspectos característicos de este campeonato. La inocencia del Minibasket, sin lugar a duda, es una de las mejores oportunidades para construir castillos de ilusiones.
Rescatar la esencia de cada momento sería imposible, conocer qué pasa por la cabeza de cada uno de los jugadores sería mágico y seguro que nos permitiría entender mucho más la naturaleza de esta experiencia en cada niño.
La gestión de todas estas variables debemos entenderla como un proceso, siendo clave la preparación en los meses previos al campeonato. No podemos olvidar, que el aprendizaje está basado en la modificación y adaptación de patrones motores que permiten mejorar las habilidades y las destrezas del deporte. No obstante, otorgar sentido y aplicabilidad a estas habilidades partiendo de la comprensión del juego, será primordial en el desarrollo de las competencias para orientar el trabajo desde un punto de vista táctico-técnico.
Cuando hablamos de este concepto (táctico-técnico) buscamos reordenar la estructura y principios de entrenamiento. Este proceso, es clave en el desarrollo de los entrenamientos durante la preparación, cuyo objetivo final, será ser capaces de responder a las necesidades que el juego irá pidiendo y quitando a los jugadores. Desarrollar la capacidad atencional y los procesos cognitivos y emocionales es fundamental. No olvidemos que deben ir aprendiendo a gestionar todas estas variables que comentamos con anterioridad y que desde la FBCV se consideran necesarias para cubrir las necesidades en las que se van a desenvolver los niños en su día a día como jugadores.
La construcción del juego, por tanto, no dependerá de una estructura fija ni táctica, sino de las características de los jugadores y su capacidad de comprender y adaptarse a las demandas del juego. Teniendo esto presente, es momento para ordenar y facilitar un juego adaptado a las cualidades de los jugadores.
En el campeonato, hemos podido observar un gran número de propuestas tácticas, de situaciones globales que parten de la capacidad de los jugadores y perfiles muy definidos en la composición de los grupos.
Focalizando en la naturaleza y singularidad de nuestro grupo, optar por la alternancia defensiva era un aspecto clave para nuestros objetivos. Desarrollar, la capacidad de construir ataques a partir de la defensa y los traps defensivos fue imprescindible en nuestras opciones. Comparando con el resto de grupos y dependiendo de los físicos estas opciones iban cambiando, desde presión individual a toda pista con un planteamiento para acelerar y aportar actividad al juego como presiones zonales 2-2-1 como la planteada por la anfitriona. Sin duda, los traps, apretar la subida del balón y la actividad de manos en situaciones más pausadas, han sido prioritarias a otros planteamientos.
Hemos observado un juego alegre (contraataque y transiciones rápidas) en aquellas selecciones con un perfil no tan físico (altura), quizá nosotros entremos en este perfil. Por supuesto, se han dado situaciones más pausadas, aunque como viene siendo habitual en esta competición, los ataques son rápidos y con una duración de no más de 12-14 segundos.
El juego a partir del 1c1 es la excelencia en esta categoría, aunque es cierto, que, comparando con campeonatos anteriores, esta característica del Minibasket ha ido cada vez disminuyendo, a favor de un trabajo de equipo más estructurado sobre todo defensivamente. En ataque, el 1c1 es fundamental, mejorándose respecto a otras ediciones cómo el resto de compañeros facilitan esta acción, es decir, juegan por y para el 1c1. También es cierto, que han aumentado el número de situaciones de mano a mano, llegando incluso en algún momento a transformarse en bloqueos directos (en la menor de las ocasiones). No podemos olvidar el bloqueo indirecto, el cual ha sido característico en algunas selecciones, aunque sin ser determinante en muchas ocasiones en el juego global.
La toma de decisiones es un aspecto que ha mejorado principalmente, se han observado decisiones más rápidas y producto de ello un mejor aprovechamiento del talento de algunos jugadores. Esta mejora en la toma de decisiones, en nuestro caso concreto, ha venido definido por una selección del pase para tirar o para cambiar el balón (invertir) o incluso generar nuevas opciones de 1c1.
Existe un aspecto que para nosotros es mejorable y es el juego sin balón, hemos detectado que el juego sin balón a merced del mano a mano ha generado en situaciones posicionales mayor “dependencia” y atención que quizá generar juego a partir de las puertas atrás o incluso de la circulación del balón y del recurso ofensivo esencial de pasar y cortar.
En definitiva, el campeonato Minibasket se podría definir como un compendio de ideas en muchas ocasiones ligadas a las características de los jugadores, buscando cada selección las mejores oportunidades para construir ataques y defensas agresivas y con un ritmo vertiginoso.
Sin lugar a duda, una oportunidad para crecer, construir e ilusionarse con el baloncesto tanto como jugador, entrenador/a y, por supuesto, como espectador.