Dos, Tres Consejos por ADOLFO CARDETE

Esperamos que lo encontréis interesante.

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La falta de jugadores/as es algo que cada vez preocupa a más estamentos del baloncesto, el abandono temprano ya no se da sólo en el baloncesto femenino, sino también empieza a ser evidente en el masculino. Por eso decidí preguntar a entrenadores, jugadores, padres y demás implicados, y estas son las conclusiones a las que he llegado, creo que estamos a tiempo de atajar el problema, y muchos de esos entrenadores con los que he hablado por toda la geografía española piensan lo mismo.

Nos quejamos de que no hay suficientes jugadoras /es, que lo dejan pronto … y no nos paramos a pensar que la culpa no es de ellos, que normalmente hacen lo que se les pide, vienen a entrenar, a pesar de los horarios que muchas veces no son los mejores, trabajan dentro y fuera de la pista, pero parece que para los clubs no es suficiente, no vale con no faltar a los entrenamientos ni partidos, con ser respetuoso con los compañeros, el rival, árbitros, etc. sino que lo único que vale es ganar, no se premia el trabajo esfuerzo y el sacrificio sino los resultados rápidos, el que este otro jugador /a me va a hacer ganar aunque trabaje menos e incluso aunque tenga que traerlo/a de otro club.

En esta sociedad actual donde prima la inmediatez, el lo quiero lo tengo, se busca lo mismo en el deporte, se quiere todo para hoy mejor que para mañana, y eso es imposible en el baloncesto, el problema es que muchos clubs y entrenadores piensan que ese es el modelo a seguir arrastrados por esa ola de modernidad e inmediatez que a veces no nos deja ni pensar en lo que hacemos o sus consecuencias.

Muchos entrenadores quieren ganar rápido para llegar a la elite lo antes posible, 3 años mejor que dos, y en este punto no puedo olvidar las palabras de Pepu Hernández que siempre dice que en estuvo 15 años entrenando en equipos de formación antes de ser ayudante de un ACB, ¿alguien pensaría ahora que ese es el camino correcto? Al igual que muchos clubs quieren logran resultados y campeonatos en una o dos temporadas cuando el camino es mucho más largo y empinado.

Al final no se cuida a la gente de la casa, da igual que no se hayan saltado ni un físico, ni un entrenamiento, muchas veces por esa necesidad de la inmediatez se apuesta por lo que no está en el club, se busca el talento de otros y se desprecia el de los tuyos. Da igual que hayas trabajado uno, dos o tres años bien, que los jugadores/as mejoren y tengan potencial, se les desecha porque lo siguiente que traiga el club o el nuevo entrenador será mejor.

Esto pasa en muchos clubs, en demasiados diría yo, y por eso cada vez antes dejan de jugar, prefieren dejarlo antes de que se les corte y tengan que buscar nuevo equipo otra vez más, o prefieren ahorrarse el sermón de “no tienes el nivel necesario…., no eres lo suficientemente bueno….”, “hemos fichado en tu puesto a alguien mejor….”, “no estas al nivel de antes de tú lesión…”, hay equipos de formación y equipos de competición, y no es incompatible formar y competir, lo que no se puede es formar ganando de cualquier manera, al final los jugadores lo dejan, no les compensa el esfuerzo y sacrificio por mucho que aman este deporte porque no se les cuida ni se tiene paciencia con ellos ¿cuántos jugadores/as han tenido un crecimiento más tardío?, ¿Cuántos han dejado de jugar porque han escuchado las frases de antes?

No se motiva humillando, al igual que no se enseña con el refuerzo negativo, sino con el positivo.

Con paciencia y trabajo llegan los resultados, no en uno ni dos ni quizás tres años, pero si después. Los planes son a 4 o 5 años y los resultados llegan, pero hay que tener paciencia y sobre todo un objetivo claro, ganar de cualquier manera y a cualquier precio y formar no son compatibles ni complementarios. Pero si se puede formar y competir, que es distinto de ganar, no sólo hay que ganar en el marcador, sino en todos los aspectos del juego. Hay que ganar en el compromiso personal y en el colectivo, hay que ganar en el esfuerzo, en la generosidad, en el compañerismo, en todas esas cosas que implican la práctica de un deporte colectivo, hay que ganar en el BA-LON-CES-TO.

Es determinante que nos demos cuenta de que los jugadores/as son personas que tienen sentimientos, días buenos, días malos y que muchas veces los entrenadores somos su referencia para superar los obstáculos en la pista y fuera de la pista.

Como dice un buen amigo mío que lleva también más de 35 años entrenado, hay dos normas que deberían respetarse a rajatabla en cada club y son garantía de éxito:

1. Da igual que seas muy, poco o nada competitivo, las circunstancias de cada equipo son innumerables, pero a tu gente, a la gente que día a día lo da todo por tu club se la cuida.
2. La segunda es que hay que recoger los balones después de cada entrenamiento y partido.

Ahí lo dejo, pensar en cuantos clubs cumplen con dos normas tan simples.

No todo está perdido, estamos a tiempo. Educar, formar en baloncesto y valores es el camino, en la reciente graduación de mi hijo el jefe de estudios del instituto nos comunicó que se jubilaba tras toda una vida en la docencia, en la formación académica de personas. Quiso compartir con ellos su experiencia y les dio tres consejos que no me resisto a compartir:

1. Que siempre que podáis os sigáis formando, formarse da libertad.
2. Poner mucha actitud en lo que hagáis, que elijáis algo que os haga felices lo que sea, pero que os haga felices y pongáis actitud, que con actitud se llega a muchos sitios.
3. Que seáis buenas personas, con actitud y buena gente se está en todos sitios, os van a querer siempre.

Pues creo que ese es el camino, formarse para tener libertad de elegir y pensar, las ganas y la actitud que hemos de poner en lo que hacemos y enseñamos, y ser buenas personas, la mayoría entrenamos a niños/as, jóvenes jugadores/as que disfrutan jugando al baloncesto, y nuestro deber es que puedan seguir haciéndolo. Defenderles, ayudarles, apoyarles debe ser nuestro objetivo junto con enseñarles baloncesto y esos valores que están tan vinculados a nuestro deporte como el compañerismo, disciplina, esfuerzo, creatividad, generosidad, inclusión, juego limpio, respeto, sacrificio, solidaridad, etc.

La mayoría de los exjugadores/as que me he encontrado después de muchos años, no tienen como su mayor logro que ganaron tal o cual partido o campeonato, sino lo que disfrutaron jugando y entrenando, de lo bien que lo pasaban, de las trastadas que hicieron y de lo feliz que les hizo nuestro deporte. Intentemos que las nuevas generaciones puedan disfrutar también de ello y para eso es necesario que nos impliquemos todos en ello.

Ánimo a todos y como dijo el gran John Wooden “Los jóvenes necesitan modelos, no críticos”.

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Adolfo Cardete del Olmo

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