JOAN PLAZA: "He invertido cuanto ha sido necesario para llegar aquí"

Hace cuatro años, en una noche de abril en Charleroi, Joan Plaza vivió la culminación de años de trabajo.

Aquel día, en aquel partido, el técnico catalán supo lo que era jugar una final europea. Y la ganó. Lo hizo para el Real Madrid, en su primer año al frente del conjunto blanco, en su primera oportunidad como entrenador principal. Cuando Joan Plaza alzó aquella Copa ULEB al cielo de Bélgica, fue feliz, porque ese trofeo representaba la culminación de un camino iniciado allá por 1997. Un éxito que se completaría dos meses después con el título de la ACB en una temporada, la 2006-07, que fue perfecta para un hombre que siempre había peleado por esa oportunidad, quizá nunca la había soñado tal como le vino, pero sin duda la aprovechó. Desde aquella primavera de 2007, desde aquella llamada del Madrid para hacerse cargo del primer equipo en el verano anterior, Plaza ha vivido de primera mano el éxito y también la cara más difícil del deporte. Sin embargo, primero en el propio Madrid, donde completó tres cursos y ahora en el Cajasol, donde lleva dos campañas, ha sabido conducir el bloque y, hasta la fecha, jamás ha sido destituido en medio de una temporada. No muchos entrenadores pueden decir eso. Algo estará haciendo bien.

En primer lugar, felicitarte desde la AEEB por este éxito sin precedentes para el Cajasol como es acceder a la Final Four de la Eurocup.

La felicitación debe hacerse extensiva a todos y cuantos componemos este club, e incluso a aquellos como Miso, Rey, Ellis, Savanovic, Radenovic y Diego Soto, que nos ayudaron a clasificarnos para los Play Off el año pasado. Para un club pequeño que pretende aprender y seguir mejorando, esto es un estímulo para seguir creciendo adecuadamente. Estar en unos cuartos ya era un gran paso, estar en la Final Four es extraordinario, y no quiero ni oír hablar del “…y si?...”. Vamos a trabajarnos el sueño.

Sin embargo, para ti no es la primera vez que te encuentras en una situación así, si bien es cierto que en 2007 (ULEB Cup) era a partido único. ¿Cómo afronta el reto Joan Plaza de poder volver a conquistar la Eurocup?

Cada situación es distinta. Nunca fue fácil (recordar partido de ida en Kazan) la situación que viví con el R.Madrid, que revertimos juntando a 15.000 apasionadas personas en Vistalegre, y hacerlo ahora con Cajasol (tras lograr meter a casi 8.000 en S.Pablo contra Budivelnik) es diametralmente opuesto. Los Medios, los jugadores, la ciudad y la estructura de club, no tienen nada que ver, y ha sido fundamental el compromiso y la fe mostrada, sobre todo, por los jugadores.

¿Ha cambiado mucho el baloncesto europeo desde aquella final de 2007?

El baloncesto está constantemente en evolución. La potenciación física, el alto nivel de scouting y la mayor profesionalización de todos los estamentos, es importante, pero el talento, el esfuerzo, la concentración y el deseo de querer ser mejor cada día… sigue siendo prioritario.

¿Cómo son los otros tres equipos tácticamente y qué esperas de la Benetton, tu primer rival en semifinales?

No mentiré sobre esto. Mi final es contra Benetton, sin obviar que mis ayudantes estén estudiando 100% a Kazan (co-líder de la liga rusa) y Cedevita (a quien sí vi jugar contra Gran Canaria y de quien me sorprendió el resultado contra Estudiantes). Benetton es un equipo completo, con grandes tiradores, con un equilibrado juego interior y con prospectos NBA, y además dirigidos por alguien de prestigio como Repesa.

El equipo juega contra el anfitrión, lo hace en la segunda semifinal…¿Hubieras preferido otro rival?

Hubiera preferido jugar contra cualquiera, menos contra el anfitrión. ¿O es que a alguien le hubiera gustado enfrentarse al FC.Barcelona en la Final Four Euroleague del Sant Jordi? Pero no vale la pena preocuparse de aquello que no depende de ti. Así fue aprobado y hemos de confiar en la profesionalidad de todos cuantos componemos este espectáculo… prescindiendo de que se juegue en Treviso.

¿Cómo está el equipo, tanto a nivel físico-táctico como a nivel mental para el reto?

Vivir una experiencia de este calibre puede llegar a distorsionar algunas cosas, sobre todo si es la primera experiencia del club en estas lides. Esto, las lesiones de jugadores como Calloway (3 meses), Davis y Bullock, y el hecho de componer un equipo para afrontar básicamente una competición, nos ha hecho perder la eficacia que manteníamos en casa estas dos últimas temporadas. No tenemos un profundo y experimentado fondo de armario, pero aún y así, mantenemos la misma plantilla que al inicio de temporada y eso, en un club que quiere estabilizarse, es fundamental.

Es curioso, que el único conjunto que ha conseguido doblegar a la Benetton en competición europea esta campaña ha sido el Cajasol. ¿Cómo fue aquel encuentro y qué esperas ahora del que viene?

Como he dicho antes, de ello sacaremos conclusiones todos. Nosotros hicimos un partido serio, que no brillante en casa; y un mal partido, con un horrible segundo cuarto, en Treviso. Aprender de ello y, en nuestro caso, mejorar y consolidar nuestras virtudes, prescindiendo de cuanto ellos puedan hacer, es nuestro objetivo.

Llegar a la Final Four es un éxito. ¿Qué supondría ganarla?

Para el club significaría muchas cosas. Cajasol quiere evolucionar y no sólo R.Madrid, FC.Barcelona, Caja Laboral o Unicaja son un buen ejemplo, sino que Valencia, Joventut, Bilbao, Gran Canaria o Estudiantes son un gran espejo del que aprender. El título, en una ciudad tan llena de fútbol como ésta y, tras algunos años sufriendo por no bajar a la LEB, nos permitiría avanzar en el respeto e interés dentro de las instituciones, trabajar por impulsar nuestra cantera, compensar al sponsor más longevo de la ACB (Caja San Fernando/Cajasol) y, sobre todo, creer en la planificación y exigencia seria del trabajo, dentro y fuera de la pista. Quizá, hasta nos ayudaría a impulsar la construcción de un nuevo y autónomo pabellón.

Cuando abandonaste el Madrid y tras el complicado inicio en Sevilla, algunos dudaron de ti, como flor de un día en un equipo grande. El tiempo, les fue quitando la razón poco a poco y ahora vas a ser “el único entrenador español (masculino) en las Final Four europeas de esta temporada”.

Todo requiere un tiempo, y este te pone generalmente, para bien o para mal, en tu sitio. Empecé en 1977 a entrenar, he pasado por todas y cada una de las categorías del baloncesto español y he aprendido de cuatro grandes maestros y de mucha gente anónima a quien escucho. A buen seguro que soy mejorable y por ello sigo constantemente aprendiendo, pero que a nadie le quepa la más mínima duda de que he invertido cuanto ha sido necesario (vida personal, empleos, salud…) por llegar hasta aquí. Badalona, Madrid y Sevilla han dejado huella en mi maduración como entrenador y como persona, y ojalá el rastro que deje tras mi paso siga siendo positivo.

Hablando de equipos grandes, ¿dónde está la diferencia entre dirigir al Madrid y al Cajasol?

A nadie se le escapa que las condiciones, los presupuestos y las exigencias son muy diferentes, pero lo que más me pesa a mí es mi propia responsabilidad, mi propia presión, la que alguna vez me impide incluso visitar lugares bonitos de la ciudad o región, por la sensación equívoca de que te estés relajando por visitar dos horas Chinchón, Carmona o Cuenca. Ajustarnos a las características y necesidades de cada club es nuestra misión como entrenadores. Intentar llevar a un equipo pequeño a estabilizarse y a saborear por una vez las cotas más altas, también es un gran reto.

¿Alguna vez, Joan Plaza, como asistente, pensó en vivir, no sólo una vez, sino dos, todo esto? ¿Cuánto queda de aquel ayudante de entrenadores de prestigio?

No, nunca lo soñé, y te diré que la Final de Charleroi con el R.Madrid fue uno de los mejores días de mi vida. Ojalá merezca vivir ésta y otras oportunidades, y así poder dedicárselo a cuantos me ayudaron y a quienes creyeron (y creen) en mí. De aquel ayudante queda el respeto por quienes me enseñaron, la vocación por seguir aprendiendo y transmitiendo, y la convicción de que se debe crecer progresivamente, sin atajos y sin dejar de ser uno mismo.