Este viaje no se puede emprender de otra manera sino con la maleta cargada de ilusión, dejando espacio para llenarla de una experiencia única que todo amante del baloncesto tendría que poder disfrutar.
Diez días de baloncesto en estado puro, desde diferentes perspectivas, y todas ellas igual de importantes, y es que no todos los días se tiene la posibilidad de poder contemplar un entrenamiento a pie de pista, escuchando cada corrección y cada detalle de primera mano, la preparación del partido con personas especializadas analizando el más mínimo detalle, las instalaciones y los medios acondicionados para obtener el mayor rendimiento... pero sobre todo, la sensación de respirar baloncesto en cada paso que das.
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Espectacular viaje e inolvidable experiencia que la recomiendo a todo el mundo.
Resumen Viaje USA 2016 – Indiana y Kentucky