Una Experiencia Ecuatoriana: Entrenando a la UTE, por Chiqui Barros

CURRICULUM

Chiqui Barros

Técnico ferrolano vinculado al baloncesto femenino de Bembibre (LF2 y LF), desde la temp. 10/11 hasta la temp. 15/16. Además ha trabajado en LEB2 (CB Calpe 00/01 y Círculo de Badajoz 01/03), 1ªB (CAB Coruña 94/96), LEB Bronce (ADT Tarragona 07/08), Liga EBA (Ambroz Plasencia 96/99, CB Calpe 99/00, Vilagarcía Basquet 03/05) y LF2 (Universitario Ferrol). Este verano se proclamó campeón de la Liga Ecuatoriana al frente del equipo femenino de la UTE.

ARTICULO

Puedes ver el desarrollo de la estructura táctica del equipo en la Revista Clinic nº 102

1.-PREVIO CONOCIMIENTO DEL LUGAR Y DE LA INSTITUCIÓN
Una vez producido el primer contacto inicial por vía indirecta, el paso siguiente consistió en recabar toda la información posible sobre la institución, la UTE-Universidad tecnológica equinoccial-una, por no decir la que más, de las instituciones más prestigiosas del baloncesto ecuatoriana así como del lugar en donde íbamos a vivir, Quito, capital de la República de Ecuador, ciudad cosmopolita de casi tres millones de habitantes con todas las ventajas e inconvenientes de una gran ciudad y en la que la adaptación resultaría clave ya que cuanto más cómodo estás mejor vas a realizar tu trabajo , y, también, conocer la realidad de las competiciones que debíamos disputar-la Liga ecuatoriana en la que el objetivo no era otro que recuperar el título que estaba en manos del equipo Santa María de Machala, y, la clasificación para la fase final de la Liga Sudamericana con la intención de ganar el grupo y meter así al equipo entre los seis mejores conjuntos de Sudamérica quienes posteriormente disputarían la fase final para dilucidar el campeón sudamericano.

2.-PRIMEROS CONTACTOS CON LA REALIDAD
La llegada a Quito se produjo un 7 de abril, apenas una semana después de finalizada la competición regular de la LF española. Tenía muy claro el refrán que dice eso de “donde fueres haz lo que vieres” así como la idea de que los primeros días-pese a la premura de tiempo ya que en un mes estaríamos inmersos no solo en la competición nacional sino que, además, tendríamos que acometer la gran prueba de la Liga Sudamericana en -Valparaíso (Chile)-eran muy importantes para ver, observar, analizar y decidir qué aspectos no se podían ni debían cambiar y cuáles resultaban innegociables en su modificación para que el equipo creciese y, de este modo, consiguiese los ambiciosos objetivos marcados por la UTE-y para los que no escatimaba de ninguna manera en los medios puestos a nuestra disposición-decidí no intervenir en los entrenamientos iniciales más que como mero observador para, así, conocer a las jugadoras y saber cuáles eran sus virtudes, para poder explotarlas al máximo, y sus debilidades para poder esconderlas y minimizarlas, conociendo el estilo de juego al que estaban acostumbradas.

La plantilla estaba formada por ocho preseleccionadas para el equipo nacional de Ecuador, el cual iba a disputar en agosto, por primera vez en su historia, el preolímpico en Canadá con el objetivo de lograr el pase para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016: Edith Noblecilla, Leyda Macías, María José Vinueza, Karla Yepes, Annabel Barahona, Marjorie Caicedo, Dayanna Salcedo y Jéssica Preciado. Junto a ellas, Victoria Morales, una jugadora experimentada y excelente tiradora con buen conocimiento del juego y que bien podría formar parte del grupo de preseleccionadas, además de jugadoras jóvenes con buena proyección-Vivi, Yaritza, Heydi y Jennifer Parra-y dos excelentes norteamericanas-como así demostraron con su compromiso, talento y dedicación-provinientes de la liga española, la base-escolta Ivonne Turner y la ala-pívot Lyndra Weaver. Una pívot pura, una cinco, Brittany Miller, únicamente disputaría con nosotros y como tercera extranjera la Liga Sudamericana en la que nos ayudó muchísimo para lograr el objetivo y ser primeras. Además, también podía contar para los entrenamientos iniciales con algunas jóvenes jugadoras del equipo universitario quienes, luego, iban a disputar el campeonato ecuatoriano de universidades junto con algunas de las que eran fijas en el primer equipo profesional.