Calidad y emotividad en el Clínic Raimundo Saporta de Oviedo

Entrenadores asturianos de todas las edades y niveles recibieron dos interesantes clases de baloncesto a cargo de Carles Durán y Fran García. El Pumarín de Oviedo fue escenario de una interesante y emotiva tarde de baloncesto en la que se rindió homenaje a Ricardo Hevia, galardonado con el premio Raimundo Saporta.

La grada de Pumarín llena de entrenadores ávidos de conceptos, interesados en las propuestas de dos técnicos que conocen lo que sucede en la élite tras haber vivido durante años el baloncesto de base. Carles Durán profundizó sobre las situaciones de ataque y defensa rápidas, llegadas en transición, primeros segundos de cualquier situación en la que los jugadores deben estar preparados para accionar y reaccionar, para conseguir la iniciativa. Conceptos tácticos basados siempre en los buenos gestos técnicos.

Fran García exploró todos los detalles del bloqueo directo, una situación que en el baloncesto actual se repite en infinidad de momentos en cada partido y que los jugadores y jugadoras deben empezar a dominar desde jóvenes para que en su impacto en el baloncesto adulto no encuentren “descolocados”.

Y como jugadores, las selecciones cadete masculina y femenina de Asturias, un grupo de chavales que trabajaron con seriedad y eficacia y que demostraron buen nivel y sobre todo, buena motivación.

PREMIO RAIMUNDO SAPORTA PARA RICARDO HEVIA
El momento emotivo llegó con la entrega del Premio Raimundo Saporta, un galardón que anualmente entrega la AEEB en la figura de uno de nuestros entrenadores emblemáticos. Esta vez racayó en la figura de un emocionado Ricardo Hevia que dirigió unos sabios mensajes a esas nuevas generaciones de técnicos.

Presencia institucional en la figura de Juan José Cachero, presidentes de la federación asturiana y de Juan María Gavaldà, presidente de la AEEB quienes cerraron con sus palabras un Clínic que se convirtió en una satisfactoria experiencia.