Imbroda, un legado imborrable

Francisco Javier Imbroda Ortiz (Melilla, 8 de enero de 1961) entra el próximo 20 de octubre en el Hall of Fame del baloncesto español. Impulsó el baloncesto en Málaga, consiguió que en tierras sevillanas se hiciera hueco entre Sevilla y Betis, ganó medallas como seleccionador de España y con Lituania, como ayudante de Vladas Garastas en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Y acabó siendo un eficaz y eficiente Consejero de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía.

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Comenzó su andadura profesional en el Maristas Málaga de Primera B, equipo al que ascendió a la ACB, y que continuó dirigiendo cuando se fusionó con el Caja de Ronda convirtiéndose en el actual Unicaja de Málaga. Fue Subcampeón de Liga ACB con el Unicaja Málaga en la temporada 94-95. Tras 10 años en la entidad, ficha en 1998 por el Caja San Fernando de Sevilla, donde permanece hasta 2001, llevando al equipo al Subcampeonato de Liga ACB y de la Copa del Rey en la temporada 98-99.

Con 605 partidos en ACB (y 315 victorias) es el sexto entrenador con más partidos dirigidos en esta competición. Fue elegido mejor entrenador de la liga ACB, de las temporadas 94-95 y 98-99, y distinguido como Miembro de Honor, en la Copa del Rey celebrada en Málaga en 2020, por la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB).

Fue elegido diputado por la provincia de Málaga en las elecciones al Parlamento de Andalucía de 2018. Imbroda fue nombrado consejero de Educación y Deportes, cargo que ejerció hasta su muerte.

Javier Imbroda fue un gigante en el deporte, en la política, en la cultura, pero sobre todo fue una gran persona. Su legado es imborrable, y así lo demuestra que su nombre figure en la Ciudad Deportiva de Carranque, en el Paseo de Las Estrellas y, a partir del 20 de octubre, en el Hall of Fame del baloncesto español.

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